Real Abadía de Samos
El Monasterio de San Julián de Samos se halla enclavado en el pueblo de Samos, en la provincia de
Lugo, en el tramo de O Cebreiro a Sarria del Camino Francés a Santiago
de Compostela.
El origen del monasterio se remonta al siglo VI y su fundación se atribuye a San Martin Dumiense. Fue reconstruido por el obispo de Lugo Ermefedro en el año 655 según indicaba la inscripción de una lápida que apareció empotrada en los muros del claustro de la portería.
Hasta la reconquista por el rey Fruela I de Asturias (756-768) estuvo abandonado debido a la invasión musulmana en 714. A la muerte de Fruela I, su viuda y su hijo Alfonso hallaron asilo en el monasterio. En él se crió el futuro rey Alfonso II de Asturias, el Casto.
El monasterio ganó la protección real, donándole en el año 811 las propiedades comprendidas en una
milla y media a la redonda, lo que favoreció su desarrollo.
El monasterio de Samos disfrutó de gran importancia durante la Edad Media llegando a poseer doscientas villas y quinientos lugares.
Con la desamortización de Mendizábal en 1835 los monjes abandonaron el monasterio al que regresaron en Mayo de 1880.
Ha padecido dos incendios, uno en 1558 que obligó a su total reconstrucción y otro en 1951 después del cual fue nuevamente reconstruido.
En la actualidad monjes benedictinos siguen habitando el monasterio y como se viene haciendo desde el Medioevo abriendo sus puertas a los visitantes y peregrinos que hacen el Camino de Santiago.
No dejéis de visitarlo y admirar su iglesia barroca, los claustros (el Claustro Viejo o de las Sirenas o Nereidas, terminado en 1582 y el Claustro Grande o del P. Feijoo de 1689), las pinturas murales que decoran sus muros en la planta noble del Claustro Grande, la botica y la biblioteca. Asimismo la Capilla mozárabe del Salvador, con un ciprés multisecular a su lado, situada a unos 150 metros del monasterio.
Documentación:
Guía Breve de la Real Abadía de Samos, Carolina Casal Chico.
El Monacato en Galicia, Hipólito de Sa Bravo.
Gran Enciclopedia Gallega, Silverio Cañada, editor.